EL DIA QUE MURIÓ AMY WINEHOUSE
- Javier Figuero
- 23 jul 2017
- 2 Min. de lectura
Anabel y Ovidio se encontraron inesperadamente a media tarde en una cafetería del centro de la ciudad y se estrecharon en un abrazo sincero. No se veían desde que acabaron su relación de pareja, luego de un lustro de convivencia. Fue de mutuo acuerdo, la situación no daba para más, su amor estaba agotado.
Pasaban seis años sin saber el uno del otro: “Si –reflexionó ella-, yo acababa de terminar Telecomunicaciones…”. “Si –corroboró él-, salí de casa el mismo día que murió Amy Winehouse, 23 de julio del 2011. ¡Cómo olvidarlo, se nos saltaban las lágrimas mientras escuchábamos juntos por última vez el Back to Black, nuestra canción!”… Y, enseguida, dieron paso a las curiosidades respectivas: “¿Hiciste el Transiveriano? -preguntó ella con tono evocador-. Pasábamos las noches en la cama señalando en el atlas la ruta del tren y consultando en Google los lugares donde pensábamos detenernos… ¡El inicio de las aventuras que soñabas!”… “No”, respondió él con cierta vergüenza. “Me coloqué de vendedor en la sección de camisería para hombres de El Corte Inglés. Quería ahorrar para poder mandarlo todo a tomar por el culo”… “¿Lo mandaste todo a tomar por el culo?”, quiso saber ella, pero él se puso rojo de vergüenza antes de preguntar: “Y tú, ¿promoviste la ONG de ayuda a los niños albinos de África? Nada te interesaba más por aquellos días…”. No la promovió, le surgió un trabajo en Telefónica, un puesto seguro, de esos que no puedes despreciar. “Quizá más adelante…”, concedió. Y, sin otras curiosidades que satisfacer, se despidieron. Él había quedado con Adela, su chica de entonces; ella, con Antón, un compañero de trabajo que parecía quererla bien.
Para sacarle de su ensimismamiento, esa noche Adela le tendió el atlas a Ovidio en la cama para que le contará de nuevo la ruta del Transiberiano, el inicio de la aventura que soñaba. Y, como la encontró huraña, Antón se interesó en la de Anabel por la ONG de ayuda a los niños albinos de África que pensaba promover. Como si la distancia entre las casas no contaran para el cuento, los interpelados se limitaron a poner en sus respectivas cadenas musicales el Back to Black de Amy Winehouse. “Es 23 de julio”, coincidieron en decir cada uno de nuestros protagonistas a sus parejas respectivas antes de echarse a llorar: “We only said goodbye with words/ I died a hundred times/ You go back to her/ and I go back to / I go back to us…”.
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Foto: © Adán Pucel

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