¡¡¡Exclusiva!!! LEY DE CIUDADANÍA DE LA REPÚBLICA DE CATALUÑA

Javier Figuero
6 sept 2017
3 Min. de lectura

En plena confianza de mis fuentes, estoy en condiciones de adelantar el artículado de la ley que mostrará a la ciudadanía el camino de perfección dentro de la República de Cataluña. Una “exclusiva” (mismo término en castellano y catalán según el traductor de Google, no es mi culpa) que comparto con vosotros.

Se prohibirá a los miembros de la familia comer el espetec Casa Tarradellas a deshoras para mejor control del gasto por el ama de casa catalana.
Los ciudadanos tendrán línea abierta con los paraísos fiscales. Por fortuna, los dirigentes tienen mano.
El busto de la Madre Superiora figurará en lugar de honor en todos los ayuntamientos y sedes oficiales de Cataluña, como en los de Francia figura la Marianne, alegoría de la madre tierra, benefactora y alimentadora. Salvo empeño de la interesada, cubrirá sin embargo su pecho. El esposo de la Madre Superiora será el Padre Superior y los hijos de ambos, los Hijos Superiores, dejando a criterio de los alcaldes y rectores de los organismos correspondientes su inclusión en el grupo escultórico. Ante el mismo y a la hora del Ángelus, se rezará cada día un Padrenuestro por el alma del abuelo Florenci, el de la herencia. En catalán, claro.
Cristóbal Colón, Cervantes y Santa Teresa serán reconocidos como catalanes, tal y como los muestran egregios historiadores compatriotas, mientras Quevedo y Machado, dada su condición de españoles, quedan expulsados de los callejeros y los libros de texto. También habrá que dar una vuelta a la Historia para mostrar que la Republica de Cataluña es anterior a Jesucristo, aunque no tanto como La Moreneta. Como es sabido, Cataluña nunca entró en connivencia con el franquismo y Raimundo de Peñafort, introductor de la Inquisición en la península ibérica, era en realidad un espía castellano nacido en la comarca del Alto Penedés. Se convocará un premio para la mejor tergiversación de la verdad.
Pep Guardiola será nombrado embajador en Catar, el país donde descubrió la libertad. De la fuente de Canaletas manará en su honor petróleo del mejor octanaje y los ciudadanos podrán repostar gratis sus coches, aunque, cada vez que lo hagan, dejarán el 3% de sus bienes para los gastos de bolsillo de los nuevos mandatarios de la República.
Yoko Ono y Lluis Llach, desnudos y en la misma cama mientras ejecutan al unísono la sardana “Imaginar (en castellano y catalán según Google, el transcriptor no tiene la culpa)” serán símbolo del camino a la paz emprendido por la nueva República.
El Liceo no contratará a Placido Domingo, dada su condición de socio de honor del Real Madrid.
Hasta la quinta generación en tierras catalanas, quienes tenga ascendente murciano, andaluz o de otra región española, no podrán ejercer cargos en la administración de la nueva República. No tendrán derecho al sistema de salud y pensiones, que negociarán con el Estado español. Tras una década alcanzarán plenos derechos, siempre que acrediten su voto favorable a la independencia de Cataluña o haber servido ese tiempo en el glorioso ejército instituido para defensa de la patria.
Los colegiados que arbitren encuentros en el Camp Nou habrán de pitar un mínimo de dos penaltis por partido a favor del Barça.
Se establece el primer día de cada mes para que empresarios de medios de comunicación social y periodistas bendecidos por la Generalitat retiren su sobre en la propia sede del alto organismo.
La utilización del castellano en los espacios públicos se perseguirá con pena de prisión y la reincidencia, con tortura.
Para mayor gloria de los Mossos, la Generalitat financiará la producción de una serie de películas con el título general de “Jordi Bond, mosso 007”. La bebida favorita del protagonista será el coctel de cava mezclado, no agitado, con una gota de ratafía.
En la frontera del nuevo territorio con España se levantará un muro para evitarnos la peste y serán los españoles quienes lo paguen.
Los organismos internacionales que se disputen la inclusión de Cataluña, aguardarán contestación de la Generalitat por riguroso turno.