LECCIÓN DE ORTOGRAFÍA
- Javier Figuero
- 28 abr 2018
- 1 Min. de lectura
No habré de presumir lo que no fue,
curado estoy de vanidades:
10 en Humanidades
y lo mismo en Sociales.
En todas las demás asignaturas,
incluidas las Ciencias,
guardaba en los trimestres las hechuras.
Pero llegaba usted con los zapatos de tacón
y los labios en rojo,
el cabello al antojo
de la moda de entonces,
sugeridos los pechos
por bajo de la blusa.
Y, sentada ya frente a nosotros,
con las piernas de lado,
anunciaba: “Dictado”:
“Con diec cañones por vanda, viento en popa a toda bela, no corta el mar, sino buela, un belero vergantin; vajel pirata que llaman por su vrabura…”.
“El niño está creciendo”, disculpaba mamá
(padecía de ojeras y granos en la cara,
un caso singular).
Papá solo veía que me iba a retrasar.
Fui yo quien lo propuse:
“clase particular”.
Usted conmigo al lado,
dictado tras dictado…
© Javier Figuero
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Foto: colección privada del autor

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