EXHUMEMOS, EXHUMEMOS

Absurdo empecinarse. ¿Por qué exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos, si la familia del dictador puede jodernos aún más a los españoles llevándolos a la catedral madrileña de la Almudena con la protección del Vaticano?... ¿Nadie ha pensado en exhumar del mausoleo la cruz, la basílica que ampara el conjunto funerario y dejar aislada la fosa de los horrores tal como está?.. La suerte variable de las guerras exige replanteamientos en el curso de las mismas y esta ha entrado en una fase de malos presagios. Tras siglos de alianza con el poder eclesiástico, desespero de llegar a estar representado en vida por un gobierno de España capaz de romper con la opresora alianza con la Iglesia, que enfanga secularmente al Estado. Ofrezcamos pues al muerto “el silencio del universo”, ese que, con mucho tiempo de por medio, Moisés y el profeta Elías identificaron en las cumbres de Sinaí con el mismo Dios y que, familia tan ejemplar y creyente como la que nos ocupa, bien pudiera identificar de igual modo en esas cumbres de Cuelgamuros próximas a El Escorial madrileño, no menos dignas de divinidad. La teofanía continuada del Éxodo, libro sagrado, ha llegado a traducir “el silencio” por una “brisa suave” y yo puedo garantizar que esa me daba en la cara cuando, mucho más joven, alardeaba por la zona con la bicicleta, mas sin saber aún que se trataba del Hacedor. Recuerdo a este propósito al nobel portugués Saramago, a quien tuve la suerte de recibir en mi casa: “Dios es el silencio del universo y, el ser humano, el grito que da sentido a ese silencio”. Ateo e iconoclasta, el portugués dejó escritas maravillosas parábolas que podrían ayudar mucho a la familia de Franco en estas horas en que la suerte histórica le da de nuevo la posibilidad de mostrar su reconocido compromiso con la patria. Como a nuestro actual gobierno. Yo no quiero ver a una vicepresidenta del mismo negociando con los ensotanados lo que nada les corresponde a estos negociar. Me gustaría verla exigiéndoles la devolución de bienes de los que se han apropiado, el cumplimiento de la fiscalidad que cumplimentamos los mortales, la restitución de tesoros artísticos al Patrimonio Nacional, la denuncia a la justicia de sus incontables miembros pederastas; me gustaría verla marcándoles su exclusivo lugar de gestión para asuntos del alma de aquellos que la tengan de su color. Me gustaría verla exhumando de una puñetera vez la verdad.

© Javier Figuero

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