如果你知道我在做什么
- Javier Figuero
- 27 nov 2019
- 3 Min. de lectura
Como anuncié en su momento, los chinos me han pedido los derechos de traducción a sus lenguas de mi libro de cuentos SI SUPIERAS LO QUE HACIA ENTONCES. Aunque la oferta me llega de uno, he creído entender que hay un equipo de chinos detrás y eso me ofrece garantías. Los mejores logros de esa comunidad asiática se han conseguido en grupo, la Gran Muralla, los fuegos artificiales, el juego de ¨los chinos” o las bicicletas/taxi, donde las clases sociales, el rico y el pobre, marchan al unísono sobre las mismas ruedas. Al parecer, el prestigio en ella de la narración corta como género literario está reconocido en todo el mundo y, por eso, sigue haciendo fortuna entre los españoles el dicho “eso es un cuento chino”, que parece creado para un pueblo de escépticos como el nuestro.
Yo mismo lo he utilizado cuando mi interlocutor ha traducido la oferta en dinero, después, claro, de traducirla al castellano, pero evitaré reproducirla para sortear el cataclismo que provocaría en mi comunidad de la Red, a la que tengo ley en cualquier caso: “¡Ves, payaso, todo el día haciendo versitos esperando que te den el premio Cervantes, y llega Javier Figuero y pega el pelotazo con sus chorradas!” (…) “¿No crees, Vanessa, que yo soy del tipo de mujer que le gustan a Javier Figuero?... ¡No, no me hables de mi marido, con un CEO de eléctricas ya no se va a ninguna parte!” (…) El chino, en fin, el chino ese que me habla en nombre de muchos chinos, me hizo la Gran Oferta sin mover un músculo de su cara, pero, como yo moví todos al tiempo de la mía, desplegó un mapa sobre la mesa del Hotel Palace en que me había citado y dijo con seguridad: “Esto es China”. “¡Caray!”, dije yo… “Mil trescientos ochenta y seis millones de chinos en nueve millones, quinientos noventa y seis mil novecientos sesenta kilómetros cuadrados”, dijo él… “¿Y creen que todos leerán mi libro?”, dije yo… “Eso no lo deciden ellos”, dijo sin pestañear… Me quede pestañeando un buen rato.
Le he dado muchas vueltas al asunto… Es cierto que soy un escritor de enorme calidad por el que se puede apostar, jabugo, dentro de la profesión, que soy transgresor, que no tengo dependencias, que he vivido y se contarlo, que me he hecho respetar en los ambientes intelectuales de buena parte del mundo, que apoyo las reivindicaciones de las mujeres y sueño un mundo dirigido por ellas, que tengo una imaginación desbordante, que canto muy bien, que estoy con los marginados, que no creo en la superioridad de las razas ni de los valores de unos pueblos sobre otros, que odio al corrupto y detesto los nacionalismos, que no me gustan los toros, que no fumo… Pero, ¿bastan estas cualidades tan comunes para justificar el cuento del chino que me habla en nombre de muchos chinos? La verdad, este tipo me empieza a parecer un cantamañanas y, como de nuevo se me han movido todos los músculos de la cara al tiempo que lo pensaba, el chino ha tirado de chequera… “No se precipite”, le he dicho con mucha dignidad. Y él, advertido de que yo no soy un tipo que se vende por dinero, me ha invitado a recorrer el país durante las próximas semanas. Todos conocemos la sentencia de Confuncio, según la cual el que no ha pisado un jardín no sabrá distinguir la flor del loto.
He aceptado, lo del loto ha sido definitivo. Estaré fuera varias semanas y no tengo muy claro que regrese. España sigue sin encontrar la forma de retener a sus cerebros, este es un país fatal y, después de las conversaciones con el chino que habla en nombre de muchos chinos, no me siento valorado como merezco. Ni siquiera os felicito las Navidades. Tampoco promocionaré más mi obra. ¡Qué os den por ahí!.. Anunciada mi visita, están poniendo carteles en las principales calles de las principales ciudades de China con SI SUPIERAS LO QUE HACIA ENTONCES en las 292 lenguas vivas que conviven en su realidad. ¡Qué coño, las cosas se hacen a lo grande o no se hacen! ¡País este de mediocres!.. Confieso que yo apenas he podido opinar respecto a la traducción de 197 de ellas, también tengo mis limitaciones. En chino simplificado, el más extendido hoy, no suena demasiado mal. Aunque, la verdad, quizá pierda fuerza el condicional, tan importante en mi intención de autor… No sé, ¿qué opináis (al encabezamiento)?
SI SUPIERAS LO QUE HACÍA ENTONCES / Javier Figuero / pedidos (¡Ojo, en castellano, los chinos se apañarán por si solos!): editorialmaluma.com/producto/supieras-lo-hacia/
© Javier Figuero
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