GLORIA O ESCARNIO, ELEGID BIEN EL DÍA PARA MORIR
- Javier Figuero
- 9 mar 2020
- 2 Min. de lectura
Me sugiere el comentario la muerte de Luis Racionero, fallecido a los 80 años hace unos días. Fecha fatal para familiares, amigos y seguidores, que al diario El País le lleva a glosarlo como “deslumbrante pionero de la contracultura” en un titular que anticipa información tan encomiástica del escritor como permite imaginar el adjetivo ahí utilizado. Si el medio es hacedor de la reputación y aún de la gloria de los elegidos, quede Racionero en la gloria de ese diario, no menos selectiva que la de los dioses.
Pero, sin que, curiosamente, haya alusión en la glosa a los hechos, mi memoria me lleva al 18 de abril del 2001 (la fecha la concreto en Internet) en que El País acusó de plagio en primera (esto no lo he podido confirmar) a Racionero, director entonces de la Biblioteca Nacional por nombramiento de la administración de José María Aznar, al reproducir sin cita en su libro “Atenas de Pericles” (Planeta. 1993) doce páginas prácticamente completas de otro de Gilbert Murray, antiguo profesor de griego de la Universidad de Oxford, oportunamente traducido al castellano.
A las preguntas de un periodista del medio, el implicado negó “el plagio”, era “intertextualidad”, dijo, para acabar la entrevista lanzando estas palabras al entrevistador: “¿Es la Inquisición?... Está invadiendo mi intimidad”. Admitida a trámite la demanda “por plagio” de dos profesores, el libro fue “cautelarmente” retirado del mercado “por presunto plagio”, sin que la medida se ejecutara porque los demandantes no pudieron hacer frente a la cantidad cautelar que se les pedía para ello. Lo que resulta curioso es que, en la glosa referida a la muerte de Racionero del pasado 9 de marzo El País, que incluye un “suelto” (lenguaje periodístico) titulado “Un periodista sin complejos”, no haga la más mínima referencia a esta polémica, amparada, precisamente, en sus páginas.
En la gloria de la gloria (El País) de la letra impresa española, Racionero se instala a su muerte con todas las bendiciones. Personalmente, creo que merece una buena parte de ella. A mi me aportó conocimiento con sus “Filosofías del undergroung” (Anagrama 1976) y con otros libros, incluido el que dedicó a Florencia en la misma colección del libro cuestionado. Pero mi pregunta tiene también mucho de filosófica, aunque poco de “underground”, en tanto refiere a la eterna cuestión de la oportunidad del morir. Como he dicho, en los tiempos de la denuncia, el escritor se instalaba en un pesebre ofrecido por el PP, aunque, si hubiera que ubicarle políticamente en sus últimos tiempos, creo que se le podía decir próximo al nacionalismo catalán. Cuestiones, seguramente, banales para El País, pues su gloria u escarnio, como la de los dioses, superan, con mucho, las de este mundo.
Tuve ocasión de conocer a Racionero; me caía bien, aunque no acabe de perdonarle su irracional forofismo por el Club de Fútbol Barcelona. Yo le advertí que era del Real Madrid, ninguno de los dos éramos nada originales.
© Javier Figuero
facebook.com/javier.figuero.autor/
Foto: © facebook.com/Teo.Moreno.fotografo/
https://teomoreno.wixsite.com/fotografo

Comments