ESTA NOCHE ESTARÁ OSCURO
- Javier Figuero
- 22 may 2020
- 3 Min. de lectura
Aunque tengo en consideración a los fisioterapeutas, que recomiendan moderación con movimientos y posturas restringidos en el confinamiento más duro, arriesgo mis cervicales para prolongar la caricia de luz natural que inunda ya las mañanas madrileñas desde horas tempranas. Es un desafío al fatum, que me privó este año de buena parte de la del invierno, la más embriagadora, a mi entender, por estos lares, cuando el frío de la sierra próxima la descompone en reflejos brillantes. Porque acertó a captarla con sus óleos, se asocia, desde el genio, con “la luz velazqueña”, que es un patrimonio inmaterial que nunca comercializará Christie’s. Si en algo me considero docto, es como “catador de luces” y, desde mi sabiduría os recomiendo las que llevan denominación de origen, cual es el caso. Ansioso de la que enciendo con mis letras, persigo ahora sus restos entre la adulteración de la dubitativa primavera, más allá de los consejos de los fisioterapeutas.
No es un ejercicio simplemente estético, porque la belleza es, sobre todo, una provocación, como sabe cualquiera que la haya descubierto en un paisaje, una flor o en unos ojos. O porque siente su vacío y la busca con desesperación. La belleza es mucho más que una percepción, es una reflexión que descorre misterios, como la luz descorre el universo. Hay quien cree que este engendra la luz, pero es al revés, meditad sobre ello.
Aprovechando que en estos días andan revueltos el Dow Jones y el Nasdaq y que guardo cautela al invertir el excedente de capital con que en tiempos de normalidad agrando mi fortuna, paso tiempo rastreando con la mirada las fuentes de la luz natural para tratar de topar con sus misterios. Admito que todavía no he hecho grandes descubrimientos, que podrían justificar, entre otras cosas, este mismo texto, al que todavía no he encontrado sentido, pero que quizá descubra en las líneas que restan para llevarlo a la distancia lógica.
Excitado por la luz de la Grecia clásica, Anaxágoras empleó su tiempo en la observación del universo y supo así que la esencia de la vida son los microorganismos allí diseminados y que el hombre es consecuencia de la imposición de uno sobre los otros; de lo que cabe deducir que otro podría llegar a imponerse sobre aquel. Con el cuello dolorido por la postura que no practiqué en el confinamiento más duro, al amparo de la luz madrileña, contemplo la bóveda celeste tratando de comprender que un híbrido de murciélago y chino pueda llegar a ser a un día el recaudador de mis impuestos o el cirujano que me opere de la próstata. Pero me faltan datos para ofrecer certezas, y, por el respeto que me merecéis, decido confinarme en la calle para tener amplitud de miras. Cerremos el periodo de superioridad de las filosofías existenciales; hay que recuperar el perspectivismo: “Yo soy yo y los algoritmos”.
Como hago, os recomiendo que vayáis visualizando la acera para confinaros. Solo el razonamiento podría evitarnos la esclavitud. Cuando en la mañana de ayer fui a comprar Juanolas a la farmacia, reparé en uno de esos aforismos que aparecen últimamente con letras blancas en el asfalto de los pasos de peatones en Madrid. Decía: “Previsión del tiempo para esta noche: estará oscuro”. Estoy seguro de acertar si aventuro que fue ideado en un laboratorio chino para llevarnos al pesimismo. Al fin comprendí el sentido de mi texto, esta mañana había en Madrid una luz velazqueña que, aun adulterada por la dubitativa primavera, me incitaba a profundizar en el misterio. Quizá otros prefieran meditar ante el televisor con los tediosos discursos políticos que no acaban de esclarecer el asunto. Yo voy camino de lograrlo.
© Javier Figuero
facebook.com/javier.figuero.autor/
Foto: © facebook.com/Teo.Moreno.fotografo/
https://teomoreno.wixsite.com/fotografo
#fisioterapeuta #Christie’s #Velazquez #DowJones #Nasdaq #Greciaclásica #Anaxágoras #Madrid #prostata #belleza #luz

コメント